miércoles, 9 de diciembre de 2020

TRES TIEMPOS PARA SANAR

El sacerdote de ciclo menor de nuestro colegio, Juan Cofré sscc, nos comparte un texto hermoso para generar reflexión estos días tan especiales. Sigamos con atención lo que nos invita a procesar: Tiempo I: Parar, mirar, escuchar y reflexionar Todo parece un caos en la armonía natural que se nos fue dado en el universo. Un caos que surge de nuestras manos, como un montón de otras cosas que enaltecen a los hombres y mujeres. Es por eso que hoy la naturaleza reclama esa armonía constantemente y nos advierte. Por otra parte, la humanidad apela humanidad. Vivimos en tiempos de caos, crisis. Nada nuevo bajo el sol. Siempre estamos en crisis, ya sea personal, social, eclesial, educacional, institucionales, económica, etc. ¿Por qué? Todo parece ir, por donde no queremos ir. Pero ¿Por dónde quiero ir? ¿Hacia dónde quiero ir? Alto; cordón sanitario. Cómo le explico al militar que sólo quiero salir… ¿Salir? ¿Caminar? ¿Mirar? ¿Respirar? ¿Sentir? ¿Pensar? ¿Soñar?...En fin. Nada de lo que vivimos es ajeno a lo que hemos hecho. Hoy necesitamos pensar la realidad. Reflexionarla. Necesitamos pensar el camino que vamos llevando. Lo urgente, que muchas veces es inútil, se nos disfraza como prioridad. La pandemia nos puso en la cara la pregunta por lo importante: ¿Qué es lo que debiéramos preguntarnos? Pero nos tropezamos con nosotros mismos. No nos dejamos espacios para pensar el camino ¿Por dónde vamos? ¿Cómo vamos? ¿Hacia dónde vamos? Además, el desafío de hoy es de tal envergadura, que no nos damos cuenta que no podemos caminar solos. Necesitamos caminar juntos: trabajar, diseñar, pensar, hacer juntos. La única exigencia que la realidad nos impone es que nos demos cuenta de que nos necesitamos. Tiempo II: Cuidarnos la vida y la alegría Hoy es un imperativo el cuidarnos. El cuidar la alegría y las ganas de vivir. Este tiempo está atravesado por la presencia de un virus, el cual nos puso en una realidad que no esperábamos y que no estábamos acostumbrados. Y en esa misma realidad, fue apareciendo en nuestro lenguaje una palabra: INCERTIDUMBRE, como expresión de algo en el que no hay certezas y solo dudas. Hoy nos toca vivir en la incertidumbre, por este virus que se hace real en la vida y muerte de muchos. Es así que nos estamos viendo y enfrentando, a que ahora no tenemos el control, el aparente control, de lo que está sucediendo. Ni de nada, ni en nuestra propia vida. Todo esto, hasta que aparezca en el horizonte alguna vacuna, que esperamos que surja pronto de la mano de la ciencia. Pero, sí, hoy es tiempo de curar. Curar: como el arte de enseñar una vida sana. Trae un estetoscopio a tu vida. Escúchate más de lo que ya te escuchas. Tu interior gime deseos de vida nueva. Porque la vida heredada está herida. Te provocas y provocamos heridas. Cuidémonos nuestras heridas, fragilidades, desesperanzas. Hoy es tiempo de sanar. ¿Cómo podemos curar? Escucha a tu médico interno porque nos pondrá en la senda de la sanación. * Escribe 3 ideas para curar y Compártelas con los demás; eso puede ayudar. Te comparto algunas : 1. Date un tiempo durante el día para ti. Sólo para ti. En algún lugar que te vincule con lo sagrado. 2. Cultiva una actitud positiva y agradecida hacia ti mismo y a los demás. 3. Bendice constantemente. Tú puedes bendecir (No es propio de los curas). Ayudémonos; necesitamos crear un sistema inmunológico social que fortalezca la vida y las ganas de vivir. Tu alegría es esperanza para mí. Tiempo III: Caminemos. Un nuevo tiempo está surgiendo Este tiempo que nos toca vivir tiene las exigencias de un cambio de siglo, época. Van quedando atrás muchas cosas, maneras de pensar y resolver los grandes temas. Hoy exigen otras maneras, formas de solucionar y avanzar. Es por eso que te invito a tomar y acercar un cirio a tu vida. Toma ese cirio y que éste te ayude a darte cuenta qué cambió. La realidad cambió la manera de cómo tú entiendes, piensas y percibes el mundo. Que ya no es como tú lo miras, sientes y lo dices. Eso está quedando atrás. Tu mente analógica ya no va más. Abre los ojos desde tu niño(a) interior. Ese niño te mostrará el camino. Es hermoso descubrir que vuelve a surgir la esperanza como bandera de lucha; la justicia como grito sagrado y la dignidad como estandarte. Abramos nuestro corazón y démosle paso a la novedad que está en enfrente de nuestros ojos. Mantente atento, porque que la vida surge por caminos que no esperábamos. Abre tu corazón y que tus ojos estén despiertos para sentir al amor que está vivo. Caminemos…