Hoy regresamos de un periodo que fue designado como "vacaciones" en el contexto escolar; pese a eso, se reconoce que si bien el concepto obedece a un espacio que permitió a los colegios ganar tiempo respecto el proceso académico, lo central es comprender que en caso alguno fue tiempo "normal" de descanso. Hoy, asumir una nueva normalidad, es complejo por varios motivos.
La normalidad supone distintas acepciones; desde el enfoque estadístico o distribución de Gauss, normal dice relación con el análisis en base a un curva de datos que se distribuyen según variables continuas.
Desde este enfoque, normal puede ser que una persona adulta mayor sobre 60 años padezca hipertensión (HTA) ya que las cifras epidemiológicas del Ministerio de Salud indican que cerca del 75% de los adultos mayores presentan HTA .
Sin embargo, hay otro enfoque donde la normalidad se refiere a la ausencia de síntomas y una condición corporal deseable sin alteraciones que enfermen al cuerpo. En este sentido, desde salud mental, también hace alusión a la condición más deseable para el bienestar de la persona, de modo que esté en equilibrio óptimo sus capacidades psíquicas para desarrollar su vida dentro de los límites de bienestar para ella y su entorno. Si tomamos el ejemplo de la persona adulta mayor con hipertensión, es normal que la padezca porque estadísticamente es así, pero ¿ es deseable que tenga una condición de salud que la tenga en riesgo?, no lo es.
Entonces, resulta fundamental comprender que las condiciones asociadas a la pandemia a nivel mundial nos han enfrentado a cambios en la realidad que no son sinónimo de normalidad; esto desafía la capacidad de adaptación desde el punto de vista fisiológico, pero también apela a la capacidad creativa para resolver los problemas que surgen, desde el punto de vista cognitivo. En su conjunto, es inevitable entonces que también afecta el desarrollo espiritual y emocional de las personas y por tanto, la nueva realidad está sujeta a poner nuevos énfasis en lo que es prioritario, inmediato o necesario en el momento.
Por lo tanto, más que pensarnos en nueva normalidad, es coordinarnos para una nueva realidad, donde es fundamental echar mano a recursos propios de la especie animal a la que pertenecemos también, como saber convivir en manada protegiéndonos del peligro . No obstante, tenemos una ventaja y es que igualmente podemos ocupar aquello que nos hace distintos a otras especies animales: la intención detrás de la inteligencia y los procesos afectivos y espirituales porque ¡tenemos alma!.
Actualmente, ha sido una tarea del campo de salud mental, ayudar a canalizar esta comprensión, de modo que se entienda que negar la realidad y hacer como si fuera sólo un tiempo de virus, es disociar mente, cuerpo, espíritu y corazón; es enfermar de otro mal. Por ello, ayudemos más que nunca, a vivir esta nueva realidad entendiendo que todas las personas estamos conviviendo con la pandemia de manera distinta, según el contexto personal, pero iguales según el efecto que produce en la comunidad.
Ayudemos a aceptar que seguramente tendremos que flexibilizar esquemas y estructuras mentales, formas de trabajar, de estudiar, de desarrollar la economía y los espacios sociales, pero todo ello, habla de esperanza en una transformación paulatina que podemos hacerla constructiva sin negar la realidad.
Finalmente, es muy importante comprender también, el riesgo que trae consigo evitar el reconocimiento de emociones y sensaciones en este tiempo; es necesario tomar contacto con lo que nos pasa, lo que sentimos y lo que eso provoca en nuestro cuerpo, de esta manera, podemos re construir la manera de relacionarnos con las personas y prevenir malos tratos con nuestro ambiente familiar o con las demás personas. Recordemos que la rabia, es expresión de otros sentimientos que les cuesta más su expresión: miedo, tristeza, frustración. Curiosamente, la rabia puede dañar mucho más que cualquiera de los otros sentimientos, si no la canalizamos a tiempo.
A continuación, les dejamos ideas para incorporar en la construcción de una nueva realidad, que ante todo, nos ayude también a expresar nuestra capacidad creativa, emocional y espiritual.
1. Participa del concurso que organizó el área de nuestra biblioteca Cuentos en Tiempos de Cuarentena. Las bases, las encuentras en el blog de la biblioteca https://bibliotecasscc.blogspot.com/
Invita tu familia y amigos/as a sumarse.
2. Recuerda variar las actividades de entretención dentro del hogar; hacer siempre lo mismo pasa a ser rutina en el mediano plazo. Variar actividades ayuda a maximizar conexión con emociones agradables.
3. Escucha música que favorezca tu bienestar emocional y espiritual para reactivar energías diarias. te dejamos acá un link con una hermosa opción https://www.youtube.com/watch?v=IlhKeYwnetQ
4. Planifica metas asociadas el bien común; ayudar a otras personas es un recurso que al mismo tiempo, ayuda a uno/a mismo/a.